Charles Michel comunicó el pasado 26 de enero que ya no se presentará a las elecciones al Parlamento Europeo que tendrán lugar en el mes de junio de este año. Él mismo ha señalado en su página de Facebook que el motivo que le ha llevado a tomar dicha decisión es su intención de no alterar la misión que tiene asignada como presidente del Consejo Europeo y mitigar las críticas recibidas.
A inicios de año, Michel revolucionó las instituciones comunitarias al comunicar que se presentaría a las elecciones encabezando la lista del partido Movimiento Reformista. Esto generó bastante críticas, pues de resultar electo debería poner fin a su cargo como presidente del Consejo Europeo. La situación ocasionó que los líderes europeos comenzasen a buscar un sustituto hasta el fin de la duración de su mandato. Con carácter general, el presidente de dicha institución suele ser un ex jefe de Estado o de Gobierno de un Estado Miembro, por ello, durante el breve tiempo que ha durado la incertidumbre sobre el futuro del belga, los principales candidatos a sucederle eran el expresidente de Portugal, Antonio Costa, Mark Rutte, expresidente de Países Bajos o Xavier Bettel, expresidente de Luxemburgo.
De no existir una decisión adoptada mediante mayoría cualificada por parte de los mandatarios europeos, se corría el riesgo de que su sustituto, obedeciendo lo recogido en los Tratados constitutivos de la Unión, fuese el polémico Víktor Orbán, actual presidente de Hungría, al sostener, durante ese periodo, la presidencia del Consejo de la Unión Europea. Esto hubiese generado un aumento en las tensiones dentro de la Unión, pues el húngaro no comparte el mismo espíritu comunitario que otros gobernantes, llegando a estar completamente en las antípodas del pensamiento mayoritario que sigue la Unión, por ejemplo, al estrechar públicamente la mano del presidente ruso Putin, vetar un paquete de ayudas para Ucrania o incluso criticar a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.
Su incierto futuro
Una vez retirado de la presidencia al Parlamento Europeo y tras haber dedicado toda su vida profesional a la política nacional y comunitaria, el belga deja su futuro en el aire una vez se agote su mandato como presidente en noviembre de este mismo año. En el comunicado que ha publicado ha señalado que reflexionará sobre sus próximos compromisos. “Siempre seré un ferviente defensor de una Europa que sea democrática, fuerte y unida y maestra de su propio destino. Al final de este mandato, reflexionaré sobre la naturaleza y dirección de mis compromisos futuros”, ha indicado.