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La respuesta de la UE ante el resurgimiento del antisemitismo

La Unión Europea se encuentra de nuevo ante uno de los desafíos que afrontaron los seis Estados fundadores hace ya más de setenta años: el antisemitismo. Este vuelve y amenaza a los valores democráticos y a los cimientos de la sociedad europea, a la vez que pone en riesgo la seguridad de la comunidad judía.

La pandemia de la COVID-19 ha demostrado cómo los prejuicios ya desbancados pueden volver a resurgir y generar teorías conspirativas y discursos de odio online. El pueblo judío ha sido una de las comunidades más atacadas este último año, siendo incluso acusada de crear el virus y desarrollar la vacuna para su propio  beneficio. 

En 2015, la Comisión Europea nombró a la primera coordinadora para la lucha contra el antisemitismo y el fomento del modo de vida judío. Esta iniciativa fue recogida  por el Parlamento y el Consejo de la UE, los cuales instaron  a los Estados miembros a proteger a la comunidad judía y a tomar medidas para frenar los crímenes de odio.

Auge del antisemitismo

El 5 de octubre de 2021, la Comisión adoptó la primera estrategia para combatir el antisemitismo y fomentar la vida judía (2021-2030), ante la incipiente amenaza que asola los Estados miembros.

La Comisión hace referencia a la definición de antisemitismo de la International Holocaust Remembrance Alliance (IHRA) y a los comportamientos y actitudes que esta cataloga como antisemitas. Estas conductas consisten, por ejemplo, en invocar el poder de los judíos como colectivo (especialmente con relación a una conspiración judía mundial), o justificar el asesinato o daño a este grupo en nombre de una ideología radical o una visión extremista de la religión.

En cuanto al incremento de estas conductas, los datos hablan por sí mismos: nueve de cada diez judíos europeos aprecian un aumento del antisemitismo en su país, mientras que el 38 % ha pensado en emigrar al no sentirse seguros en la UE. 

Es destacable el papel que juegan las redes sociales, ya que favorecen la difusión de teorías conspirativas y la creación de grupos con ideas antisemitas e incluso negacionistas del holocausto. Este fenómeno ha sido analizado por el Institute for Strategic Dialogue en un estudio de abril de 2021, encargado por la Comisión. Esta investigación observó que las publicaciones antisemitas en francés se multiplicaron por 7 y en alemán por 13 desde enero de 2020 a enero de 2021.

De esta forma, los grupos extremistas se han alimentado de la desinformación que reina en Internet y se han normalizado discursos y comportamientos antisemitas que parecían haber ya desaparecido.

La estrategia y sus objetivos

La Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea prohíbe la discriminación por motivos religiosos (artículo 21) y promueve como valores fundamentales la igualdad, la dignidad humana, la libertad, la democracia y el respeto a los derechos humanos, en especial, los derechos de las personas pertenecientes a minorías.

La Comisión Europea es consciente de esta realidad y por ello ha presentado una estrategia para combatir el antisemitismo y fomentar la vida judía que gira en torno a 3 pilares: la prevención de cualquier forma de antisemitismo, la protección y promoción de la forma de vida judía y el impulso de la investigación, la pedagogía y la conmemoración del Holocausto.

La Comisión apoyará a los Estados miembros en el diseño e implementación de estrategias nacionales, que deberán ser desarrolladas antes de que acabe el año 2022, y organizará un encuentro anual con la sociedad civil con el fin de crear vínculos y fomentar el diálogo entre los grupos de interés. Además, para apoyar la implementación de esta estrategia, se formalizará de manera permanente el grupo de trabajo contra el antisemitismo, creado en 2019.

Por otro lado, la Comisión considera «importante» reforzar la lucha contra el antisemitismo en línea, mediante la creación de una red de “trusted flaggers”, organizaciones judías y empresas que tengan presencia en Internet.

Esta estrategia se apoya en otras iniciativas, como la Decisión marco del Consejo relativa a la lucha contra determinadas formas y manifestaciones de racismo y xenofobia mediante el derecho penal del año 2008. Este instrumento especifica que las conductas racistas y xenófobas deben ser castigadas por los Estados miembros. En este sentido,  la incitación al odio, la apología pública o negación del holocausto son considerados como delitos. También clasifica como circunstancia agravante —en el momento  de valorar otro tipo de delitos— la motivación racista y xenófoba. 

Asimismo, con el fin de reforzar este marco legal, la Comisión propone añadir los delitos y discursos de odio a la lista de crímenes transfronterizos del artículo 83(1) del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.

Aunque los Estados miembros debían implementar la Decisión del Consejo antes del año 2010, no todos lo han hecho, ya que criminalizar ciertas actitudes puede interferir con derechos fundamentales, como la libertad de expresión y la libertad de cátedra. Por ejemplo, en España, el Tribunal Constitucional consideró, en el año 2007, que el artículo del Código Penal que criminalizaba la negación de los delitos de genocidio era inconstitucional al estimar que limitaba el derecho a la libertad de expresión. 

Finalmente, tras la reforma del Código Penal de 2015, el artículo 510.1 condena la negación, banalización o enaltecimiento de los delitos de genocidio a condición de que «de este modo se promueva o favorezca un clima de violencia, hostilidad, odio o discriminación contra los mismos».

Casi el 80 % de las personas judías que experimentaron algún tipo de incidente antisemita en la UE no lo denunciaron a las autoridades. Por este motivo, otro de los objetivos de la estrategia es asegurar que las víctimas de delitos de odio puedan hacer valer sus derechos y evitar que sean victimizadas por segunda vez. 

Para este fin, se presenta una estrategia de la UE sobre los derechos de las víctimas (2020-2025) que obliga a los Estados de la UE a establecer servicios especializados de apoyo y a garantizar una formación específica sobre no discriminación para la policía y otras personas con las que puedan entrar en contacto las víctimas.

Las estrategias, que los Estados miembros deberán haber adoptado para finales de 2022, serán revisadas por la Comisión Europea a finales de 2023.

Conclusión

Es de vital importancia que todos los Estados miembros aborden el preocupante incremento del sentimiento antisemita entre sus ciudadanos y continúen educando a las futuras generaciones en la tolerancia y en la inclusión. La Unión Europea debe mirar hacia un futuro en el que todos los ciudadanos puedan expresar y vivir su identidad sin sufrir ningún tipo de discriminación.

Como dijo el filósofo español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana en una de sus citas más célebres y repetidas: «aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo».

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