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⁠IRIS2: La nueva constelación satelital de la UE

La Autonomia Estrategica de la Union Europea Fortaleciendo su Rol Global en un Mundo Multipolar 6 1

En diciembre de 2024, la Comisión Europea firmó un contrato de concesión por un período de doce años al consorcio SpaceRISE para el desarrollo, despliegue y gestión del sistema de Infraestructura de Resiliencia, Interconectividad y Seguridad por Satélite (IRIS2) de la Unión Europea. IRIS2 será una constelación multiorbital de 290 satélites que garantizará la soberanía digital y una conectividad segura para la Unión Europea. IRIS2 forma parte además de la Estrategia Espacial Europea para la Seguridad y la Defensa.

Un proyecto para competir con el Starlink de Musk

Inicialmente aprobado en 2023 mediante el Reglamento 2023/588 por el que se establece el Programa de Conectividad Segura de la Unión para el período 2023-2027, el sistema IRIS2 combinará las ventajas estratégicas de los satélites en órbita terrestre media (MEO) y baja (LEO) para ofrecer una conectividad avanzada y segura. Esta innovadora constelación permitirá a los Estados miembros de la UE y sus autoridades gubernamentales acceder a comunicaciones protegidas, al tiempo que garantizará una conexión de banda ancha de alta velocidad para empresas y ciudadanos en toda Europa, incluyendo aquellas regiones con acceso limitado a infraestructuras digitales. 

IRIS2 es, en cierto modo, la respuesta de la UE a la mega constelación espacial Starlink de Elon Musk y a la futura red Kuiper de Amazon, que comenzará a desplegarse próximamente, en un esfuerzo por evitar que ambas dominen también el mercado europeo. Además, la UE quiere contrarrestar las grandes infraestructuras espaciales de China, como las constelaciones Qianfan y Guowang, que planean establecer miles de satélites en la órbita terrestre baja.

Europa se encuentra en un momento clave para reparar las deterioradas cadenas de producción de las industrias de satélites y cohetes de Europa, sacándolas de la crisis que atraviesan y colocándolas a la altura de la creciente competitividad internacional. Con el lanzamiento oficial de IRIS2, Bruselas ofrece un salvavidas en forma de miles de millones de euros, con el objetivo de evitar que los principales actores espaciales de Alemania, Francia e Italia arrastren consigo a todo el sector industrial europeo.

Una colaboración público-privada

El consorcio SpaceRISE encargado de desarrollar IRIS2 está compuesto por tres operadores europeos de redes de satélites: SES, Eutelsat y el español Hispasat, y contará con el apoyo de otras empresas del sector aeroespacial como Thales Alenia Space, Airbus Defence and Space, Hisdesat o Telespazio.

El contrato de concesión, con una duración de doce años, establece una asociación público-privada destinada a desarrollar servicios de conectividad tanto para el ámbito gubernamental como para el comercial de cara a 2030. En este marco, la Unión Europea desempeña un papel clave como cliente principal de estos servicios, mientras que la financiación proviene de una combinación de inversiones públicas, a través de la UE y la Agencia Espacial Europea (ESA), y de aportaciones privadas del consorcio SpaceRISE.

El coste total para toda la duración del contrato de concesión asciende a 10 600 millones de euros. La UE financiará 6000 millones de euros en tres perspectivas financieras, la ESA 550 millones y el sector privado más de 4000 millones.  

Para garantizar la viabilidad económica del proyecto, la Comisión Europea se compromete a realizar asignaciones presupuestarias iniciales dentro del actual marco financiero plurianual. Sin embargo, la continuidad de la financiación más allá de 2027 dependerá de la aprobación de nuevos programas por parte del Parlamento Europeo y el Consejo, así como de la disponibilidad de fondos en futuros presupuestos.

Para la Comisión Europea, esta colaboración muestra el compromiso de las instituciones por la competitividad y la innovación, y promete que las pequeñas y medianas empresas (PYME) tendrán su lugar dentro de la cadena logística.

La UE, cada vez más en órbita

El sistema IRIS2 apoyará gran variedad de decisiones gubernamentales, principalmente en los ámbitos de la vigilancia (ya sea fronteriza o marítima), la gestión de crisis (como ayuda humanitaria), la conexión y protección de infraestructuras clave (por ejemplo, comunicaciones seguras para las embajadas de la UE), así como la seguridad y la defensa (tal como emergencias marítimas, despliegue de fuerzas, acciones exteriores de la UE, intervenciones policiales). El sistema también permitirá un gran número de aplicaciones comerciales, como en el sector del transporte (marítimo, ferroviario, aviación y automoción), la gestión inteligente de la red energética, la banca, la asistencia sanitaria a distancia y la conectividad rural.

La Unión Europea lleva años desarrollando sus capacidades en el ámbito satelital, con iniciativas clave como Copernicus, el programa de observación de la Tierra que proporciona datos esenciales para la gestión medioambiental y la seguridad, o el trabajo del Centro de Satélites de la UE (SatCen), que apoya la toma de decisiones en política exterior y de seguridad a través de imágenes y análisis geoespaciales. A esto se suma el papel de la Agencia de la Unión Europea para el Programa Espacial (EUSPA), que supervisa y gestiona programas clave como Galileo y EGNOS, asegurando la autonomía estratégica de Europa en navegación, comunicaciones y observación terrestre. Ahora, con el lanzamiento de IRIS2, la UE da un paso más en su estrategia espacial, apostando por una infraestructura de conectividad segura que refuerce su autonomía digital y resiliencia tecnológica.

La implementación de IRIS2 será progresiva, con los servicios gubernamentales iniciales prestados a través de la capacidad satelital ya existente, propiedad de los Estados miembros, compartida a través de GOVSATCOM (el programa de Comunicaciones gubernamentales por satélite de la Unión Europea). Los servicios completos de conectividad gubernamental por satélite IRIS2 basados en infraestructuras propiedad de la UE deberán llegar en 2030.

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