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El importante papel de la UE en la COP 28

Hoy, 30 de noviembre, ha dado comienzo la COP 28, la conferencia anual de Naciones Unidas sobre el cambio climático, que este año se celebra en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, hasta el 12 de diciembre. Esta conferencia tiene como meta principal evaluar el progreso respecto al cambio climático y proponer medidas para abordar la crisis. Se prevé la asistencia de unos 80 000 delegados, entre los que se incluye a jefes de Estado y de gobierno, científicos, empresas, activistas y otros actores no estatales.

La COP 28 como momento clave en la acción climática

Una de las grandes novedades de esta edición es que concluye el primer Balance Mundial (o Global stocktake en inglés), uno de los elementos más importantes introducidos con el Acuerdo de París (2015). Se trata de un instrumento global de medición que evalúa el avance respecto a los objetivos fijados en dicho acuerdo, especialmente respecto al compromiso mundial de limitar el aumento de la temperatura a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. Es un proceso de dos años de duración que se realiza cada cinco años, por lo que este año se conocerán los resultados del balance mundial que empezó en Glasgow con la COP 26. Con el año 2023 en camino de convertirse en el más caluroso de la historia, la COP 28 marca una oportunidad crucial para afrontar la crisis climática y encaminar a la humanidad hacia un futuro más sostenible. 

La UE marca el liderazgo de la acción climática

Los países miembros de la UE se presentan a la COP con una ambiciosa política climática conjunta. El pasado mes de octubre el Consejo aprobó unas conclusiones que establecían el mandato general de la UE en la COP 28. “La UE lidera la acción mundial por el clima”, así destacaba en un comunicado de prensa la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España, Teresa Ribera. Añadía también que los países miembros estarían al pie de las negociaciones en la COP 28 para demostrar el compromiso de la UE con la transición ecológica. La UE aspira a servir como motor de cambio y modelo a seguir en el plano medioambiental. 

Medidas clave para la transición ecológica

El Parlamento Europeo ha aprobado con 462 votos a favor, 134 en contra y 30 abstenciones la resolución sobre la COP 28 con peticiones concretas que defenderá durante la COP 28. Uno de los puntos clave es la progresiva eliminación del uso de combustibles fósiles. Esto supone un avance respecto a lo acordado en la COP 27, donde este tema también estuvo a la orden del día, pero el compromiso quedó limitado a una progresiva reducción de los combustibles fósiles en vez de una eliminación como se plantea esta vez. Como primer paso hacia este objetivo, la UE propone poner fin a la financiación de nuevas infraestructuras de carbón en terceros países, así como a las subvenciones a los combustibles fósiles. Abordar esta cuestión será uno de los desafíos más difíciles de la COP 28, pero sin duda un elemento esencial para hacer del objetivo de 1,5 °C una realidad. 

Otra de las grandes metas de la UE para la COP 28 es triplicar la capacidad de las energías renovables para 2030 –con especial énfasis en las energías solar y eólica–, así como duplicar la eficiencia energética para esa misma fecha. La intención es aumentar la capacidad de las renovables de los 3 500 gigavatios actuales a 11.000 gigavatios de aquí a 2030. Los países de la UE en su conjunto representan la mayor potencia mundial en desarrollo y aplicación de energías renovables, suponiendo el 93% de la capacidad renovable mundial. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha señalado que está habiendo grandes avances en la industria energética, pero es imprescindible hacer más y aumentar considerablemente la inversión en energías limpias. 

Por último, la UE también aspira a aumentar la financiación de la lucha contra el cambio climático en la COP 28. En este sentido, la UE y sus estados miembros son los mayores contribuyentes y están comprometidos con el objetivo fijado en el Acuerdo de París para los países desarrollados de movilizar conjuntamente 100 000 millones de dólares anuales en financiación para el clima hasta 2025. Estos fondos son fundamentales para apoyar a los países en desarrollo en el proceso de adaptación a los impactos del cambio climático. 

El papel de la UE es clave en la lucha contra el cambio climático, no sólo por los ambiciosos objetivos climáticos y las políticas puestas en marcha para alcanzarlos, sino también por ser históricamente uno de los mayores contaminantes del planeta. La UE tiene una gran responsabilidad en la transición ecológica y, con un programa pragmático y orientado a resultados concretos, la COP 28 parece arrojar un poco de esperanza en la posibilidad de encaminarnos hacia un futuro más verde.

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