El nuevo paquete de IVA revoluciona el sistema tributario de la Unión Europea. En noviembre de 2024, se aprobó un innovador paquete de medidas en el ámbito fiscal, centrado en el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) y compuesto por una directiva, un reglamento y un reglamento de aplicación, el cual moderniza el sistema tributario europeo, lo adapta a las necesidades del mercado digital y pretende mejorar la competitividad de la Unión Europea.
El contexto de la reforma
Las normas fiscales en relación con la economía digital pueden contribuir al crecimiento y la consecución de forma más efectiva de las transiciones ecológica y digital.
La reforma nace de la necesidad de lograr una adaptación a la era digital y sobre todo combatir en mayor medida el fraude y la evasión fiscal, puesto que, aunque el IVA es una de las fuentes de ingresos más importantes para las autoridades de los Estados miembros, se pierden importantes cantidades de ingresos en concepto de IVA debido a la mala administración y el fraude, entre otros factores. En 2021, se perdieron hasta un total de 61 000 millones de euros en concepto de IVA por los diferentes Estados miembros de la Unión Europea.
De esta manera, el 5 de noviembre de 2024, el Consejo llegó a un acuerdo sobre el paquete de medidas respecto al IVA en la era digital. Los objetivos de estas medidas fiscales se focalizan en la digitalización, la transparencia, la eficiencia, el apoyo a las empresas y combatir el fraude, optimizando la recaudación entre los países miembros.
Medidas clave del paquete de IVA
Las nuevas normas incluyen diversas iniciativas fiscales en las que se destacan la facturación electrónica obligatoria, la reforma de la ventanilla única y la tributación de las plataformas en línea.
Facturación electrónica obligatoria para 2030
La facturación electrónica obligatoria es una de las medidas más comentadas, con la obligación de establecer un sistema de notificación digital basado en la expedición de facturas electrónicas para aquellas empresas con actividad transfronteriza de otros Estados miembros de la Unión Europea, lo cual genera un sistema de notificación digital en tiempo real y de manera automática a las administraciones tributarias para el IVA. Se basa en la norma europea ya existente para la facturación electrónica en el ámbito de la contratación pública, pero los datos comunicados se compartirán a través de un nuevo sistema informático que detectará la actividad sospechosa o fraudulenta.
Esta medida pretende mejorar la trazabilidad de las transacciones, reducir el fraude fiscal a través de una supervisión automática, de manera que las autoridades fiscales puedan acceder a la facturación electrónica y facilitar la detección de irregularidades, la eficiencia en la recaudación, así como la reducción de los costes administrativos. Se prevé la entrada en vigor en 2030, con plena operatividad entre los sistemas nacionales en 2035.
Ampliación de la ventanilla única para el registro del IVA
El sistema de la ventanilla única implicaba que las empresas en el comercio transfronterizo se tuviesen que registrar a efectos del IVA, derivado de la venta en los Estados miembros de la Unión Europea, en cada uno de los diferentes países, y también afectaba a los operadores, aunque solo trasladasen existencias de un Estado miembro a otro para su almacenamiento.
Con las nuevas normas fiscales, la ventanilla única abarcará las prestaciones transfronterizas y también las ventas de empresa a los consumidores de determinados artículos que se lleven a cabo en un Estado miembro distinto del suyo, como del sector del gas o de la electricidad. Por ende, dicha ampliación permite ahorrar en gastos administrativos y de registro a las empresas, al operar en un único portal en línea, eliminando así la necesidad de registrarse en múltiples países y fomentando el comercio entre los Estados miembros.
Se calcula que el ahorro de las empresas se traducirá en 8800 millones de euros en un periodo de diez años.
Nuevas normas para la economía de las plataformas en línea
Se pretende equiparar la tributación de los proveedores tradicionales de transporte de pasajeros y el alquiler de alojamientos a aquellas plataformas que ofrecen dichos servicios, pero que no estaban registrados a efectos del IVA.
Así, las normas actuales prevén que las plataformas en línea recauden y remitan el IVA a las autoridades tributarias cuando sus proveedores de servicios estén exentos.
De esta manera, los administradores de las plataformas en línea, como Uber, Booking o Airbnb, serán los responsables de la recaudación y de abonar el IVA cuando los prestadores particulares de servicios no deban factura IVA ellos mismos, por lo que la plataforma será la que recaude directamente el IVA del cliente y lo abone a las autoridades tributarias.
Desafíos y nuevas etapas
Estas medidas generan avances significativos y también comportan unos retos y desafíos importantes en la economía digital y de transición a la era digital, especialmente a las PYMES, que deberán hacer un mayor esfuerzo de adaptación.
El Consejo alcanzó el 10 de diciembre de 2024 un acuerdo político sobre una nueva directiva que incorporará un certificado fiscal de exención del IVA en formato digital en sustitución del certificado existente en papel, utilizado para embajadas, organizaciones internacionales o las fuerzas armadas. Durante el periodo transitorio, los Estados miembros podrán seguir utilizando la versión digital e impresa. La aplicación se hará efectiva en 2031, con un periodo transitorio de un año, para poder facilitar la correcta implantación de los avances informáticos por parte de las autoridades tributarias.
En definitiva, la digitalización de la fiscalidad y el nuevo paquete de medidas sobre el IVA representan una evolución de la fiscalidad europea, con un enfoque marcado en favor de la digitalización.
Se pretende un impacto significativo de las medidas con una reducción del fraude fiscal, a través de las herramientas de facturación electrónica; la simplificación administrativa, con la reducción de los costes de cumplimiento para las empresas; y un aumento de la recaudación debido a la mejora en la gestión fiscal de los países miembros, fortaleciendo presupuestos nacionales. Un impacto que considerará los beneficios tanto de los consumidores como de las empresas.
