La salud mental se ha convertido en una prioridad dentro de las políticas públicas y la agenda social, especialmente en regiones como Navarra. Sin embargo, a pesar de los avances realizados en los últimos años, aún persisten desafíos significativos en cuanto al acceso, la calidad de la atención y la integración de los servicios de salud mental en la comunidad. A menudo, las personas que enfrentan trastornos mentales se ven excluidas de una participación activa en la sociedad, ya sea en el ámbito laboral, social o político. La salud mental es la base del bienestar individual y colectivo, y está influenciada por factores sociales, psicológicos y biológicos, tales como las presiones socioeconómicas, el nivel educativo, las condiciones laborales, la discriminación y la violencia. Las políticas de salud mental deben ser intersectoriales, involucrando no solo al sector de la salud, sino también a otros como la educación, el trabajo, la justicia y el medio ambiente.
En Navarra, el Plan de Salud Mental ha experimentado una evolución significativa, destacando hitos como la creación de la Red Pública de Salud Mental en 1986 y la Ley Foral 21/2010. Además, el Plan de Salud Mental de Navarra 2019-2023, con su enfoque en la coordinación de los recursos disponibles, busca abordar estos problemas mediante instrumentos como el Contrato Programa y los Pactos de Gestión, los cuales garantizan que las diferentes áreas involucradas en la atención a la salud mental cumplan con los objetivos establecidos. A pesar de estos avances, los recursos siguen siendo insuficientes, especialmente en un contexto donde la prevalencia de trastornos mentales como la depresión mayor afecta al 7,5% de la población. La comunidad se enfrenta a un panorama complejo, donde la prevalencia de trastornos mentales como la depresión mayor refleja una realidad preocupante. En 2023, los Centros de Salud Mental atendieron a 2.135 personas con depresión mayor, de las cuales el 65% eran mujeres. Cada año, se registran aproximadamente 600 casos nuevos de esta enfermedad. A pesar de estos números alarmantes, los recursos disponibles siguen siendo insuficientes. La Red de Salud Mental de Navarra cuenta con 10 centros de atención a población adulta y uno de atención infanto-juvenil, pero la capacidad de las Unidades de Hospitalización Psiquiátrica Breve y la Unidad de Media Estancia sigue siendo limitada. Además, la falta de integración entre los niveles de atención, como la transición del Centro Psicogeriátrico San Francisco Javier a nuevas unidades, refleja la necesidad urgente de mejorar la coordinación entre los servicios de Atención Primaria y los especializados. La falta de integración entre los niveles de atención y las barreras sociales, como el estigma, continúan siendo desafíos importantes.