La relación entre Bosnia y Herzegovina y la Unión Europea viene de lejos. Al igual que otros países de los Balcanes, ha mostrado interés por entrar en la Unión y ha actuado en consecuencia. Sin embargo, ¿por qué esta adhesión no se ha producido todavía? ¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta el país balcánico en las negociaciones que se han abierto este año?
Los antecedentes de la apertura de negociaciones
Para entender por qué la apertura de negociaciones no se ha producido hasta 2024, hay que hacer un recorrido por las dos últimas décadas.
Bosnia y Herzegovina pasó a ser candidata potencial a la adhesión a la Unión Europea en la cumbre del Consejo Europeo de Salónica de junio de 2003, pero no fue hasta 2016 cuando solicitó la adhesión, tras el Acuerdo de estabilización y asociación de 2015, el cual supuso un acercamiento más entre ambas partes.
La UE adoptó posteriormente la estrategia para los Balcanes Occidentales, centrada en el afianzamiento de las relaciones con los socios de dicha región, sobre todo con los candidatos a la adhesión. A pesar de que la Comisión Europea adoptara en 2019 su dictamen positivo sobre la solicitud de Bosnia y Herzegovina, lo cierto es que la inestabilidad política interna y la falta de reformas políticas fueron trabas en el proceso de adhesión: consiguió ser país candidato finalmente en diciembre de 2022 y el pasado marzo se abrieron oficialmente las negociaciones.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, declaró en su cuenta de X que era «un paso clave en vuestro camino hacia la UE» y que era necesario «seguir trabajando duro para que Bosnia y Herzegovina avance con paso firme, como quiere vuestro pueblo», refiriéndose especialmente los jóvenes.
Retos hasta la adhesión
Algunas de las 14 prioridades esenciales fijadas por la Comisión Europea para iniciar las negociaciones estaban relacionadas con el Estado de derecho, los derechos fundamentales, la funcionalidad del Estado y la reforma de la administración pública, o soberanía e integridad territorial. Si bien el alcance de las reformas ha sido limitado, todo parece indicar que la coyuntura geopolítica ha motivado la apertura de negociaciones, que se produjo tras el visto bueno de los 27, aunque países como Dinamarca y los Países Bajos se mostraban reticentes a dar este paso, a causa de las carencias en algunas reformas constitucionales y electorales, así como las profundas divisiones étnicas.
Tal y como indica Miguel Roán en su análisis para el Real Instituto Elcano, el principal obstáculo a la integración del país en la UE lo encarna Dodik, líder de la República Srpska (ente serbobosnio conformante de Bosnia y Herzegovina), quien defiende el nacionalismo serbio, se ha mostrado a favor de Rusia, tiene una buena relación con Orbán y actúa de manera clientelar. Además, está en contra del alto representante para Bosnia y Herzegovina, el alemán Schmidt, y de todas las intervenciones de este último que afectan al territorio que dirige. Así, se opone a los nombramientos de jueces internacionales al Tribunal Constitucional, cuyas resoluciones no publica o retrasa. Por otra parte, entre los problemas electorales, se pueden señalar las dificultades para ejercer plenamente el sufragio activo y pasivo en función de la zona en la que se resida, puesto que el voto es étnico. Este modelo atenta contra los derechos fundamentales, según varias sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, y convierte al país prácticamente en una etnocracia, en la que los partidos etnonacionalistas controlan todo el poder. Los retos de aquí a la adhesión son numerosos y de considerable importancia.
Aun así, cabe destacar que era el único de los cinco países de los Balcanes Occidentales que todavía no había sido reconocido como candidato oficial. Entre los amigos del país que están dentro de la Unión y que han facilitado este reconocimiento se encuentran Austria, Croacia, Italia, Hungría y Eslovenia.
En conclusión, si Bosnia y Herzegovina logra frenar la corrupción y resolver algunos asuntos como aquellos respecto a su diversidad étnica, su entrada a la Unión estará más cerca, lo que beneficiará la estabilidad económica, la calidad de vida de su sociedad y la cooperación con esa subregión europea.
Precisamente, la adhesión de Bosnia y Herzegovina es uno de los temas que se debatirán en el Foro por el Futuro de la Unión Europea y que se ha estado tratando en los últimos meses en el grupo de trabajo dedicado a la ampliación de la UE de nuestra organización; así que no te pierdas nuestras redes sociales para conocer más datos acerca de este proceso.