Como cada primavera, el Banco Central Europeo (BCE) ha publicado su informe anual donde explica detalladamente las actividades que ha llevado a cabo en 2024. El BCE vela por la estabilidad del euro, moneda que comparten 20 países. Su función principal es desarrollar la política monetaria de la eurozona conjuntamente con los bancos centrales nacionales y sus decisiones tienen un impacto directo en los ciudadanos, pues, por norma general, las políticas nacionales vienen dictadas directamente por el BCE.
El pasado año, el BCE llevó a cabo una política monetaria restrictiva, aunque menos severa que la del año anterior, mientras que en 2022-2023 se subieron los tipos de interés y se redujo la cantidad de dinero en circulación con el objetivo de frenar la inflación. En 2024 el BCE modificó sus políticas haciéndolas más expansivas. Pero ¿cómo afectaron específicamente estas acciones a ciudadanos, empresas y jóvenes?
La inflación y los tipos de interés
A principios de 2024, el BCE estaba aún en un período de cambios, con el tipo de interés al 4 % y la inflación a 2,9 %. La orientación restrictiva de sus políticas hizo posible que la inflación general continuase disminuyendo hasta un 2,4 %, acercándose al objetivo de un 2 % anual. Asimismo, durante este año, la inflación subyacente, que excluye productos volátiles como energía o alimentos y refleja mejor la tendencia económica a largo plazo, también disminuyó, pasando de un 3,4 % a un 2,7 %.
Esta tendencia de desinflación fue más notoria en los bienes que en los servicios, ya que, al estar ligados a salarios y contratos estables, son más reticentes. Sin embargo, se pudo controlar su inflación gracias a que el aumento de los salarios se ralentizó y que la productividad aumentó.
A causa de este contexto, el BCE decidió relajar la política monetaria bajando los tipos de interés un total de 100 puntos, quedando al 3 %. Todo esto implica que para el ciudadano y las empresas de la eurozona pedir un préstamo sea más barato ahora que antes, pero que ahorrar en bancos sea menos rentable. Esto tiende a estimular el consumo y la inversión, lo que en principio podría derivar en una subida de la inflación. Sin embargo, como la política monetaria siguió siendo restrictiva, los expertos prevén que continúe la desinflación.
La actividad económica y su reflejo en el PIB
Por otro lado, la actividad económica de la eurozona comenzó a recuperarse. El producto interior bruto (PIB) creció un 0,9 %, principalmente gracias a los servicios, el programa NextGenerationEU y el aumento del poder adquisitivo. Entre los componentes más importantes del PIB se encuentran el consumo privado, la inversión, las exportaciones e importaciones netas, y el gasto público.
Primero, el repunte del poder adquisitivo fue provocado por la subida, aunque moderada, de salarios y la disminución de la inflación, lo que provocó que el consumo privado aumentase un 1 %. La industria de la eurozona se mantuvo débil debido a la bajada de la competitividad exterior, las condiciones financieras restrictivas y los costes altos.
La inversión residencial, es decir, el gasto que se destina a la construcción, renovación y compra de viviendas, descendió un 4 %, bajada récord desde 2009. Esto fue provocando porque las hipotecas tenían los tipos de interés muy altos y, por ende, conseguir un préstamo era difícil. Asimismo, la inversión empresarial también disminuyó, un 2,3 %, a causa principalmente de la incertidumbre económica, baja demanda interna y externa, y condiciones de financiación restrictiva.
En tercer lugar, las exportaciones han mejorado, aunque levemente. A pesar de que la demanda externa aumentó, este leve aumento fue debido al continuo encarecimiento de la energía, la previa apreciación del euro y la disminución de la demanda por parte de China. Las importaciones, por otro lado, crecieron a un ritmo lento debido a la poca demanda interna e inversión. En general, la balanza comercial mejoró respecto a 2023.
Por último, en lo referente al gasto público, el BCE no controla esas decisiones, que recaen en manos de los Gobiernos nacionales. Sin embargo, el informe sí que habla de ello, indicando que ha habido un endurecimiento de la política fiscal, es decir las decisiones que toma el Gobierno sobre el gasto público y los impuestos. Lo que implica una reducción del gasto público y el aumento o el mantenimiento de los impuestos.
Mercado laboral y salarios
En lo referente al mercado laboral, aunque la creación de nuevos empleos se ralentizó la tasa de paro descendió del 6,5 % al 6,2 %, una de las cifras más bajas desde el inicio del euro. Además, el empleo total y las horas totales trabajadas evolucionaron de forma similar al crecimiento económico, con un 1 % en 2024. Por otro lado, como ya se ha mencionado previamente, los salarios experimentaron un menor crecimiento. Concretamente, los sueldos subieron un 4,5 % respecto a 2023.
Digitalización y sostenibilidad
Por último, el BCE avanzó en el ámbito de la digitalización y de la sostenibilidad. Por un lado, continuó en la fase de preparación del euro digital. Este será una versión electrónica del efectivo, pues no busca reemplazarlo, sino complementarlo. Asimismo, en 2024 hubo un incremento del 72 % de los pagos inmediatos realizados a través de la plataforma TIPS. Esta plataforma fue creada por el BCE para posibilitar los pagos inmediatos en euros dentro de la eurozona en menos de 10 segundos y todos los días del año. Además, el BCE empezó a utilizar más la inteligencia artificial para potenciar la eficiencia de tareas internas. En lo referente a la sostenibilidad, el BCE desarrolló el Plan Clima y Naturaleza 2024-2025, con el objetivo de alinear sus políticas con los retos del cambio climático.
Consecuencias para los ciudadanos
Las acciones del BCE en 2024, al disminuir la inflación y modificar los tipos de interés, afectan directamente la vida cotidiana de los habitantes de la eurozona, mejorando el poder adquisitivo y las condiciones para obtener préstamos, aunque también presentan dificultades para quienes necesitan financiación, en particular los jóvenes. El crecimiento del PIB, que indica la recuperación económica, favorece el empleo y el consumo, aunque una inversión restringida puede limitar oportunidades futuras. Asimismo, los progresos en digitalización aumentan la velocidad y la seguridad de los pagos, volviendo más eficiente la economía diaria.
En conjunto, estas transformaciones establecen un entorno económico que impacta el bienestar y las oportunidades de la gente común, resaltando la necesidad de políticas que armonicen estabilidad, crecimiento y acceso a recursos para todos.