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¿Una Agencia de Inteligencia para la UE?

La creación de una agencia europea de inteligencia es un tema que lleva varios años siendo debatido. Cada vez que un atentado yihadista sacudía Europa, algunos líderes europeos planteaban la posibilidad de que la Unión Europea contara con su propio servicio de espías para poder garantizar la seguridad entre los países que conforman la Unión. Los últimos años han visto un creciente número de intentos de espionaje y sabotajes rusos en sectores sensibles. A esto se le añade la relación de dependencia económica que la UE mantiene con una China cada vez más asertiva y con un aparato de seguridad e inteligencia que no tiene parangón.

Por ese motivo, que la UE disponga un servicio de inteligencia, como si de otra de sus agencias se tratase, podría ser una forma de dotar a la UE de una herramienta para proteger sus intereses como organización internacional de integración y los de los países que la componen.

La última voz en hacer un llamado para crear un servicio europeo de inteligencia es la de Sauli Niinistö, asesor especial de Ursula von der Leyen. El también expresidente de Finlandia establece este objetivo en un informe sobre la seguridad europea que presentó a finales de octubre a petición de la presidenta de la Comisión Europea.

Entre sus posibles ventajas, dicha agencia permitiría contar con un instrumento que recopilase inteligencia por su cuenta, pudiendo actuar de forma autónoma y evitar depender de la información que proporcionan los servicios secretos de los Estados miembros.

Por ejemplo, la principal crítica al sistema actual de cooperación europea en seguridad es que las agencias de espías de los Estados miembros no suelen colaborar entre ellas compartiendo la información de la que disponen sobre asuntos de gran importancia, como la lucha contra el terrorismo. Así, se crean agujeros de inteligencia que permiten que grupos terroristas se aprovechen de la falta de comunicación de los servicios secretos para atentar en Europa.

Si hubiera una agencia comunitaria de inteligencia, esta misma ya contaría con toda la información crítica recopilada por sus propios agentes, que no se verían afectados por la negativa a ayudar de ningún Estado miembro. De este modo, la UE podría interrumpir la actividad terrorista en el continente por tener una capacidad autónoma de obtener inteligencia con sus propios recursos.

La forma en la que el informe de Niinistö propone poner en marcha una agencia europea de inteligencia consiste en mejorar las capacidades de los actuales instrumentos comunitarios que trabajan con inteligencia (que reciben de fuentes abiertas o que les es proporcionada por los servicios secretos de los Estados miembros) para convertirse en una verdadera agencia de inteligencia autónoma. Estos instrumentos son tres: el SatCen (trabaja con imágenes de satélites), el EUMS (el alto mando militar de la UE) y el INTCEN (trabaja con inteligencia que no recopila).

Sin embargo, los principales críticos a esta hipotética agencia son los profesionales de los servicios de inteligencia de los Estados miembros. Para ellos, un servicio europeo de inteligencia daría más problemas que beneficios.

  • El actual marco legal de la UE dificultaría la creación de un servicio de espías europeo
  • Duplicidades con las agencias ya existentes de los Estados miembros y burocracia que dificultaría su funcionamiento
  • Desconfianza a una agencia de inteligencia autónoma y al servicio de Bruselas
  • La agencia iría a menudo en contra de los intereses nacionales de los Estados miembros
  • Supondría una violación de la soberanía de los Estados miembros 

Por supuesto, a pesar de su oposición a una agencia europea de inteligencia, los servicios secretos de los Estados miembros piden que se perfeccione la arquitectura de la seguridad europea. Aquí se proponen varias soluciones:

  • Mejorar los intercambios de información entre los servicios secretos de los países europeos y las instituciones comunitarias a nivel bilateral o multilateral
  • Actualización del INTCEN, SatCen y EUMS dotándolos de mayor presupuesto y más trabajadores especializados en inteligencia
  • Mejorar la “cultura de inteligencia” a nivel europeo.

Por lo tanto, el marco actual de seguridad europea está abierto a muy diversas mejoras que no implican necesariamente la creación de una agencia europea de inteligencia.

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